Por Pablo Hsu.
El afilador puso su humilde puestito en la esquina de Possamay al 700 (González Catán). Cuando Jorge Ceballos con paso distraído se acerca y le pregunta qué vende, le muestra su juego de piedras. El feriante decide hacer una demostración sobre la eficacia de su producto con un cuchillo y aprovecha la oportunidad para introducir una anécdota.
Afilador: - Una vez pasó Aldo Rico por acá...
-¡Ah! ¿Sí?-, contesta Ceballos, sorprendido.
En ese momento llega Iturraspe y, detrás, un Sabbatella algo rezagado. Saludan.
Afilador: - Sí. Como Usted, se me acerca y me pregunta qué vendo.
El puestero cambia el cuchillo por una tijera y continúa:
- Le contesto que piedras que afilan. Entonces Rico se ríe y me dice: “¿y eso no es peligroso?”.
Ceballos:- ¿Y qué le dijo?
Afilador:- Lo miro y le contesto que “no, acá el único peligroso es Usted”
El afilador puso su humilde puestito en la esquina de Possamay al 700 (González Catán). Cuando Jorge Ceballos con paso distraído se acerca y le pregunta qué vende, le muestra su juego de piedras. El feriante decide hacer una demostración sobre la eficacia de su producto con un cuchillo y aprovecha la oportunidad para introducir una anécdota.
Afilador: - Una vez pasó Aldo Rico por acá...
-¡Ah! ¿Sí?-, contesta Ceballos, sorprendido.
En ese momento llega Iturraspe y, detrás, un Sabbatella algo rezagado. Saludan.
Afilador: - Sí. Como Usted, se me acerca y me pregunta qué vendo.
El puestero cambia el cuchillo por una tijera y continúa:
- Le contesto que piedras que afilan. Entonces Rico se ríe y me dice: “¿y eso no es peligroso?”.
Ceballos:- ¿Y qué le dijo?
Afilador:- Lo miro y le contesto que “no, acá el único peligroso es Usted”
El acantonamiento de gente y los tres candidatos entran a reír. El afilador envuelve una de sus piedras en un papel y se la da al dirigente de Libres del Sur.
Ceballos:- ¿Cuánto es?
Afilador:- Nada.
Ceballos:- ¿Pero no me va a dejar ni siquiera contribuir?
Afilador:- Es un regalo para Usted.
Ceballos agradece y le estrecha la mano, lo imitan Sabbatella e Iturraspe. Y Continúan el camino de regreso hacia la avenida. En eso se encuentran cuando otro feriante empieza a gritar a viva voz: “¡Voten a la 508! ¡Voten a la 508!”. La comitiva, sin detenerse, emite risas dispersas y uno de ellos le advierte: “guarda, no lo digas tan fuerte que te van a armar problemas”. Más risas. “No. No hay problema”, le retruca el escandaloso. No hacen 15 metros y la misma voz se agita nuevamente, pero esta vez con otro mensaje y algo más insistente: “¡No se olviden de los feriantes!¡No se olviden de los feriantes!¡No se olviden de los feriantes!”. Se vuelven a escuchar algunas risas, pero para ese entonces los tres candidatos principales empezaban a hablar con un hombre y una mujer que adulaban los 10 años de gestión en Morón.
Ceballos:- ¿Cuánto es?
Afilador:- Nada.
Ceballos:- ¿Pero no me va a dejar ni siquiera contribuir?
Afilador:- Es un regalo para Usted.
Ceballos agradece y le estrecha la mano, lo imitan Sabbatella e Iturraspe. Y Continúan el camino de regreso hacia la avenida. En eso se encuentran cuando otro feriante empieza a gritar a viva voz: “¡Voten a la 508! ¡Voten a la 508!”. La comitiva, sin detenerse, emite risas dispersas y uno de ellos le advierte: “guarda, no lo digas tan fuerte que te van a armar problemas”. Más risas. “No. No hay problema”, le retruca el escandaloso. No hacen 15 metros y la misma voz se agita nuevamente, pero esta vez con otro mensaje y algo más insistente: “¡No se olviden de los feriantes!¡No se olviden de los feriantes!¡No se olviden de los feriantes!”. Se vuelven a escuchar algunas risas, pero para ese entonces los tres candidatos principales empezaban a hablar con un hombre y una mujer que adulaban los 10 años de gestión en Morón.
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