jueves, 25 de junio de 2009

Graciela Iturraspe, desde la militancia de los 70, la lucha continúa

Por Yolanda Escalada.

Termina 1951. El último saludo de Navidad de una Eva Perón moribunda destaca que “El día del amor y de la paz llegará cuando la justicia barra de la faz de la tierra a la raza de los explotadores y de los privilegiados, y se cumplan inexorablemente las realidades del antiguo mensaje de Belén renovado en los ideales del Justicialismo Peronista: que haya una sola clase de hombres, los que trabajan; que sean todos para uno y uno para todos; que no exista ningún otro privilegio que el de los niños.” Es la época en la que los niños juegan en la inocencia de una infancia con educación, protegidos y bien nutridos. Hoy, las estadísticas no oficiales señalan que “ seguimos teniendo 25 pibes que se mueren por causas evitables por día en Argentina” y Graciela Iturraspe, al decirlo, siente la bofetada de la realidad que golpea inexorable con el guante del número frío. Aquella niña peronista nacida cuando la luz de Evita se apagaba la lleva presente en su corazón y la recuerda con su frase eterna y siempre vigente: “Donde hay una necesidad, hay un derecho”, declara una fervorosa Iturraspe en cada oportunidad posible durante su campaña como segunda candidata a diputada nacional representando a la provincia de Buenos Aires bajo la alianza progresista Nuevo Encuentro, liderada por Martín Sabbatella.

De su niñez, la psicóloga social rememora los oficios y los días: “Nací en Dolores, provincia de Buenos Aires. Mi mamá, docente y mi papá, comerciante. Un día decidieron mudarse a Capital cuando yo era muy chica. Estudié en el colegio religioso Jesús María.”

La adolescencia la encontró en los cuadros religiosos de base y a los 19 junto al Padre Carlos Múgica, cura tercermundista. Luego estaría en la cárcel de Villa Devoto por unos meses en el ´75, llegaría la militancia en Montoneros hasta el ´77 – como testimonia en Cazadores de Utopía, el documental de David Blaustein – su paso a la clandestinidad con trabajos en negro para criar a sus hijos y la soledad como el exilio interno de los que se quedaron.

La democracia la descubre “sin identidad partidaria”. Sin embargo, la lucecita que la impulsaba hacia la militancia popular para transformar la sociedad desde el Peronismo Revolucionario le marca el camino hacia la lucha por los derechos humanos desde el Movimiento Ecuménico.

Instalada en Mar del Plata, en los ’90 trabaja en una delegación previsional del ANSES. Así se convierte en delegada para defender los derechos de los trabajadores y después forma parte de ATE y más adelante de la CTA en Mar del Plata. Actualmente, es la representante de Asuntos Institucionales de la Regional ATE-CTA en La Plata.

Ahora, su llegada a la política va de la mano de Víctor De Gennaro, ex jefe de la Central de Trabajadores Argentinos. En marzo pasado formaron el partido político llamado Instrumento Electoral por la Unidad Popular. Junto a DeGennaro e Iturraspe estuvieron Julio Fuentes, Presidente del Instrumento Electoral Unión de los Neuquinos (partido que actualmente cogobierna en Neuquén capital y otras dos ciudades de la provincia), el diputado de Buenos Aires para todos Claudio Lozano, “Tate” Martínez representando al Movimiento Proyecto Sur y Guadalupe Godoy del Partido Comunista provincia de Buenos Aires, entre otros. Según la presentación en La Plata, el objetivo de base era promover juntas promotoras en los distritos de la provincia de Buenos Aires, que se encuentren, debatan y construyan alianzas y acuerdos con organizaciones sociales y partidos políticos.

Buscan construir “un “Nosotros” que se manifiesta con la voluntad de no delegar, recuperando la política como practica integral para transformar la realidad y lograr la soberanía de nuestra patria, y la felicidad que como pueblo nos merecemos. Hay que construir una nueva experiencia política de poder popular, de carácter movimientista y multisectorial, para concretar el anhelo de felicidad que significa vivir plenamente todas las manifestaciones de la dignidad humana”, indica en su base organizativa y fundacional.

Unos meses después llega a buen puerto con Sabbatella concretando el Nuevo Encuentro junto a otras agrupaciones. La líder sindical señala que también logran consensuar con Pino Solanas para que los progresismos no se invadan quitando votos en Capital y provincia con varios miembros de CTA en ambos partidos.

Esta mujer argentina, delegada sindical, militante social, sabe que no es fácil el camino elegido pero tiene claro que los temas que le preocuparon cuando empezaba a soñar un mundo distinto siguen siendo tema de debate en la Argentina actual: "la desigual distribución de la riqueza, la soberanía de nuestros recursos naturales y la educación como un recurso, la salud y la protección de nuestros viejos, la democracia participativa, con los ciudadanos participando permanentemente a través de plebiscito vinculante, presupuestos participativos cada vez más amplio en cada municipio, entre otros. Desde el Congreso piensa pelear porque estas cuestiones de Estado cobren la importancia que se merecen representando los votos que recibió Nuevo Encuentro, sobre el que reafirma que “todos los que conformamos esta lista tenemos una característica en común; que en la práctica, en la experiencia en la que hemos tenido actuación pública durante las últimas décadas de nuestras vidas hemos ligado fuertemente la ética a nuestra práctica política”. Como una forma nueva, pero en realidad clásica, se busca hacer política por la gente y para la gente.

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