sábado, 20 de junio de 2009

Avellaneda recibió a Sabbatella en eldía de la bandera

Por Yolanda Escalada.

La ciudad de Avellaneda es un pequeño partido del conurbano bonaerense y forma parte de la tercera sección electoral, una interesante porción de la torta de votantes. Su plaza principal está ubicada en Avenida Mitre al 700, a cuadras del Puente Pueyrredón que comunica con Capital Federal y donde ocurrieran hace siete años los incidentes que terminaron con la vida de los piqueteros Kosteki-Santillán.

Durante los últimos cuatro fines de semana, la plaza se ha visto atestada por volantes, pasacalles y afiches en vísperas de las elecciones legislativas 2009: unos informan dónde votar con una oficina improvisada; otros discuten quehaceres internos mientras reparten folletería; unos pocos caravanean por los alrededores con los vehículos cubiertos de afiches, al son de la Marcha Peronista, siempre convocante.

Es sábado 20 de junio, a horas del festejo del Día del Padre y por esto, la actividad comercial se acrecienta en la zona pasada la hora del té. También es el día de la Bandera Nacional, la misma que flamea rozando la nariz de un Nicolás Avellaneda erguido y con la mano en alto, esculpido in situ por la mismísima Lola Mora a comienzos de siglo.

Martín Sabbatella llega hasta aquí para celebrar la fecha repartiendo escarapelas, globos, banderas y para apoyar a los candidatos locales en la férrea decisión de enfrentar al establishment avellanedense. Son pagos peronistas, no hay que olvidarse, ya sea disidentes, protestantes o justicialistas, pero todos peronistas. El intendente de la ciudad, Baldomero Alvarez de Olivera, alias Cacho, va por el cuarto mandato no consecutivo. Sabbatella debatió con él, allá por abril en el programa A dos voces de TN, cuando se anunciaba el adelantamiento de las elecciones. Alvarez advertía entonces que “si la oposición gana, peligra el modelo de gobierno y sus obras públicas que tanto bien le hacen a la gente”. Con cautela, el intendente de Morón buscaba dejar en claro su posición de no alineado, ni opositor ni oficialista. Hoy en la plaza se propone para ser la alternativa a lo instituido: “Quiero decirle a los vecinos que vamos a cambiar Avellaneda como lo hicimos en Morón. De la misma manera que vamos a cambiar la provincia. Con una gestión progresista y transparente, con la participación de los vecinos”.

A diferencia de otros distritos, la plaza mayor no está frente al Palacio Municipal, el que se encuentra en el centro geográfico de la ciudad, al lado del shopping Alto Avellaneda, ambos construidos con el mismo cemento. Gracias a esto, la plaza se revela como el lugar de los vecinos, donde hay juegos para niños, la Catedral, una feria artesanal que fue visitada por Sabbatella junto a Leonardo Urrejola, primer candidato a concejal. “Vamos a luchar junto a los vecinos para lograr una gestión transparente en Avellaneda. Tal como sucedió en Morón. Sabemos que no es imposible, que con voluntad política se puede. Los vecinos van a acompañar el inicio de este proyecto en Avellaneda con su voto. Será posible con participación popular y construyendo una gestión participativa y transparente”, sentencia el joven morocho, director del Centro de Estudios de Libres del Sur Avellaneda, que no le teme a los popes históricos que hace años se sientan en las bancas del Honorable Concejo Deliberante.

Como siempre, Martín Sabbatella –esta vez acompañado por los candidatos locales, por las diputadas Victoria Donda y Laura Berardo– camina entre la gente, sin guardaespaldas, se saca fotos sonriendo hacia el futuro cercano con grandes expectativas según los encuestadores que lo ubican cuarto en la intención de voto en la provincia.

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